Más allá de la revalorización: Por qué China está al borde del cambio

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Artículo de opinión por David Silverman

China está acercándose al final de su ventaja competitiva en la industria de mano de obra intensiva. Estamos ante un momento de cambio económico. El cambio de estructura traerá consigo desempleo y protestas, incertidumbre y conflicto social.

El área costera de China y base de centros de manufactura sufre escasez de trabajadores y muchos obreros chinos procedentes del campo han rechazado regresar una vez terminado su peregrinaje anual con motivo del Festival de Primavera. Según los resultados de las encuentas realizadas, un 49% de los trabajadores que no han regresado alegan insuficientes salarios como motivo principal. Los empleos y las órdenes en la fábrica siguen ahí, los trabajadores no.

Para compensar esto, los gobiernos locales están aumentando los beneficios para los trabajadores, en un esfuerzo de persuadirlos para que regresen del campo: 11 provincias o regiones, incluyendo los centros productivos de Shanghai, Guangdong y Zhejiang, han anunciado incrementos en los salarios mínimos. Shanghai incluso ofrece educación elemental gratuita a los 400.000 hijos de los trabajadores migrados de los municipios.

¿Por qué los trabajadores migrados están rechazando regresar a los centros industriales de la costa entonces? No se trata únicamente de los bajos salarios, el impago o las pobres condiciones laborales; el motivo es que China está padeciendo el éxito en sus politicas. El plan de desarrollo chino para orientarse al oeste, consistente en políticas encaminadas a desarrollar industrias en el interior del país, están permitiendo a los trabajadores migrados estar cerca de sus hogares y familias ahora que el empleo en sus lugares de orígen no es un imposible.

Debido al énfasis en la manufactura intensiva, al tiempo que la economía China se expande la demanda de trabajadores también crece. La manufactura constituye cerca del 40% del producto interior bruto del país – un porcentaje grande para un país de renta media en desarrollo. Esto está aumentando la demanda y por tanto el coste de capital humano y mano de obra.

Las empresas exportadoras operando en el interior del país incurrirán en costes de transporte más altos a medida que los bienes se dirijan a los puertos y a los consumidores extranjeros. Puesto que el modelo económico chino de orientación a las exportaciones se basa en mano de obra barata produciendo bienes de bajo coste cerca de las vías de comercio internacionales, si el precio de la mano de obra y los costes de transporte aumentan, lo hará a su vez el precio final y con él, disminuirá la ventaja competitiva de China debida a la mano de obra intensiva.

Por supuesto, China encara también desafíos desde el exterior. Los EEUU, la UE, el FMI y ahora Singapur y Corea del sur han alzado sus voces para pedir una revalorización del RMB.

Cambio económico y social

La presión proveniente tanto de la escasez de trabajadores como las demandas internacionales para una revalorización de su moneda podrían influir decisivamente en el arranque de un cambio en la estructura económica del país. Las teorías sobre el desarrollo económico moderno prevén que las economías desplacen la cadena de valor global sobre la base de un capital humano mejorado. Esto requiere una mano de obra más preparada.

China envía más estudiantes al extranjero que cualquier otra nación. Desde 1978 hasta finales de 2008, 1.39 millones de estudiantes chinos han dejado su casa para irse a universidades extranjeras. Solo en 2008, China envió un record de 180.000 estudiantes al extranjero. Las estimaciones anticipan que para 2010 serán 220.000 los solicitantes.

Estos estudiantes se convertirán en dos diferentes y poderosas fuerzas en China: constituyendo un preciado recurso para ayudar al desarrollo de la economía China desde su excesiva dependencia de la manufactura a una economía más innovadora con un amplio sector servicios; y además constituirán una adinerada clase de elite con un alto nivel cultural fruto de haber vivido en sociedades más libres e igualitarias y por tanto demandarán una mayor libertad en su propio país.

Pekín empieza a darse cuenta de la situación. El partido comunista de China continúa subrayando que el capital humano es un bien importante y en una declaración en febrero por parte del Comité Central del partido, animaban a los miembros del partido y gobiernos provinciales a dar prioridad a los individuos más talentosos como el recurso más importante para mantener la estabilidad social y “transformar el modelo de desarrollo económico”.

En períodos de incertidumbre, el Partido Comunista de China mantiene una política basada en pulsar en sentimiento nacionalista, habitualmente contrario a los EEUU y Japón, como una forma de mantener la cohesión y desviar la atención al exterior. Por tanto, si China parecía más intransigente de lo habitual los pasados meses es debido a que se empieza a temer por una situación de desempleo estructural y descontento social a lo que a menudo sigue un cambio económico.

A pesar de que el presidente chino Hu Jintao reiterase la voluntad de China de reformar la tasa de cambio nacional en el seno de los diálogos sobre estrategia y economía entre EEUU y China, las expectativas sobre una revaloración del RMB no son muy elevadas. En su lugar, China activará políticas que incrementen la riqueza de sus ciudadanos a corto plazo y planeará una apreciación lenta en un futuro más lejano.

David Silverman es Miembro de Honor y MA Candidate en la Elliot school of International Affairs en la Universidad George Washington.

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